CONGRESO DE LA ANATOMÍA DE SUDÁFRICA
Inmediatamente después del Congreso de la Anatomía de la Mente Humana, en Washington, D. C., L. Ronald Hubbard viajó en avión a Johannesburgo. Ahí, impartió el mismo Congreso, pero esta vez adaptado específicamente a los sudafricanos. En este evento único, presentó el Curso de Anatomía de la Mente Humana a un Congreso lleno, el más grande de todos los tiempos, demostrando literalmente las simplicidades de Scientology, sólidas como rocas y cómo enseñarlas a otros: el ciclo de acción, comenzar-cambiar-parar, la naturaleza de la aberración y mucho más. Mientras trataba de comprender e interesar a personas nuevas, también presentó la Escala de Pre-havingness, una tabla que abarcaba toda la gama de la raza humana, y trazaba los niveles para llevar a cualquier ser desde el fondo mismo: Interés Invertido, hasta la parte más alta: Interés. Como gran final, además estableció su amplio programa para elevar a todo hombre, mujer y niño en Sudáfrica. Titulado El Futuro de Sudáfrica, aquí está el mensaje personal del señor Hubbard para la tierra de la que, según dijo: “surgirá la siguiente gran civilización de este planeta”.
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De Sudáfrica brotará la siguiente gran civilización de este planeta, y tendrá éxito debido a que Scientology y toda su tecnología está de su parte.– L. Ronald Hubbard
Estas palabras históricas, escritas tras el primer y único Congreso en esa tierra, marcaron un período de crecimiento y desarrollo de Scientology en Sudáfrica.
El año era 1961. Y entre conferencias, investigación, auditación y deberes ejecutivos en la HASI de Johannesburgo, L. Ronald Hubbard llegó a conocer África del Sur: desde sus ministros parlamentarios y jefes tribales, hasta los estudiantes de escuela secundaria con los que habló en un zulú recién aprendido. Mientras, a la luz de lo que vio a lo largo de esa atribulada nación, escribió:
“Ha llegado nuestro momento.
“La política ha fracasado.
“En este planeta sólo nosotros y nuestra tecnología se levantan entre las amenazas actuales y la destrucción futura”.
Para traer esa tecnología a un continente, convocó el Congreso de la Anatomía, el 21 de enero de 1961. Fue hasta la fecha el Congreso más grande en cualquier parte del mundo, con más de quinientos scientologists sudafricanos a mano para aprender los nuevos avances sensacionales del señor Hubbard: los medios para comunicar inequívocamente los fundamentos de Dianética y Scientology a cualquiera.
Más aun, desde tiempo inmemorial, todo el campo de la mente y el espíritu han estado inmersos en misterio y complejidad. Como explicaba, esto era porque el campo había sido relegado a un “pensar-pensar” filosófico:
“Lo que hemos hecho que es espectacular es hacer un absoluto avance sensacional en el campo de la mente humana, tomando el carácter predecible y práctico de las ciencias físicas y trasladándolas a las humanidades. Y eso es lo que ha sucedido en Dianética y Scientology”.
Y en eso yace la sustancia de lo que presentó como el Curso de la Anatomía de la Mente Humana.El señor Hubbard desplegó las “Cosas” de Dianética y Scientology: tan concretas y demostrables como un tubo de ensayo o un metro y existentes independientemente de la opinión. Por eso, aquí estaban los medios para presentar Scientology como un tema práctico y tan exacto y preciso como las ciencias físicas. Entonces, además, no sólo mostró esas cosas, sino también detalló cómo dirigir el curso mismo: el ciclo de acción, comenzar-cambiar-parar, la línea temporal, havingness, problemas de tiempo presente, cuadros de imagen mental, confusión y el dato estable: en total, una lista de veinticuatro elementos fundamentales que formaron la base de este nuevo curso.
Y si eso no fuera suficiente, desveló aún otra nueva herramienta de auditación y diseminación: la Escala de Pre-Havingness.Aquí estaba una expansión del “Cuarteto Mortal”: los cuatro factores necesarios para poner a un preclear por completo en sesión y ganando (Congreso de Londres de Diseminación y Ayuda).
Todo lo cual significa que con el Congreso de Anatomía de Sudáfrica llegaron las herramientas para comenzar la próxima gran civilización en la Tierra y así la esencia detrás de estas palabras de despedida de L. Ronald Hubbard:
“Por lo tanto, el programa para Sudáfrica que nosotros apoyamos, y que pregonó a bombo y platillo, es simplemente: hagamos que cada hombre, mujer y niño en Sudáfrica al que podamos acceder, sea tan capaz como podamos hacerle, tan rápido como podamos”.
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